sábado, 24 de octubre de 2020

 

LA ANDRIANA

La Andriana es una comedia escrita por el comediante latino Publio Terencio Afro. Según los estudios, hay un cierto consenso de que esta sea la primera obra de Terencio (166 a.C.).



Personajes

·         SIMÓN, viejo, padre de Pánfilo.

·         SOSIAS, liberto de Simón

·         DAVO, esclavo de Simón.

·         MÍSIDE, esclava de Gliceria.

·         PÁNFILO, muchacho, hijo de Simón y amante de Gliceria.

·         CARINO, muchacho, enamorado de Filúmena, prometida de Pánfilo.

·         BIRRIAS, esclavo de Carino.

·         LESBIA, vieja, partera.

·         GLICERIA, muchacha, amada por Pánfilo; finalmente reconocida como Pasibula, hija de Cremes.

·         CREMES, viejo, padre de Filúmena y de Gliceria.

·         CRITÓN, viejo, pariente de Críside, supuesta hermana de Gliceria.

·         DROMÓN, esclavo lorario de Simón.

“Pánfilo deshonra a Gliceria, a quien erróneamente se tenía por hermana de una cortesana natural de Andros; y, tras haberla dejado embarazada, le jura hacerla su esposa, pues su padre lo había prometido a otra, hija de Cremes. Y cuando el padre descubre este amor, con el deseo de conocer las intenciones de su hijo, simula que la boda se va a celebrar. Pánfilo, por consejo de Davo, no se resiste. Mas cuando Cremes ve al hijito de Gliceria, rompe el compromiso y lo rechaza como yerno. Luego, tras reconocer inesperadamente a Gliceria como hija, se la entrega a Pánfilo como esposa y la otra a Carino”.

 


Su tema de fondo es el tópico del conflicto generacional: Simón descubre los amores entre su hijo Pánfilo y Gliceria, supuesta hermana de Críside, una prostituta de la isla de Andros. Tratando de dejar al descubierto a Pánfilo, finge haber pactado el casamiento de éste con Filúmena, hija de su vecino Cremes, de la cual está, a su vez, enamorado Carino. Ante ello, el esclavo Davo aconseja a Pánfilo que, a pesar de haberse comprometido con Gliceria tras quedar embarazada, no se niegue a la boda, lo cual llega a oídos de Carino, quien queda desesperado. Los acontecimientos se precipitan: Gliceria da a luz y Simón finalmente apalabra con Cremes lo que, en principio, era una boda fingida. Los planes de Davo han fracasado: sin querer, ha empujado a su joven amo a una boda no deseada. Tendrá que volver a improvisar un nuevo plan: hacer que Cremes vea al recién nacido para que anule la boda. Con esto, Davo halla un respiro: al menos. Pánfilo no tendrá que casarse con Filúmena. Sin embargo, será la fortuna la que terminará de poner las cosas en su sitio: inesperadamente se presenta Critón, un pariente de Críside, el cual descubre a Simón y a Cremes que Gliceria no es quien pensaban. Es una ciudadana ateniense criada con la familia de Críside y nada menos que una hija perdida de Cremes. La comedia termina con la boda entre Gliceria y Pánfilo. Existe un segundo desenlace transmitido por la tradición manuscrita que no se debe a la pluma de Terencio: en él, la solución se remata con una doble boda, Pánfilo casado con Gliceria y Carino con Filúmena.

En esta obra ya se ven trazados con claridad todos los elementos del arte de Terencio: la delicadeza en el tratamiento de los caracteres, la preocupación pedagógica y la comprensión ante los errores humanos. En este sentido, es conveniente resaltar, a manera de enseñanza, algunas de las frases más resaltantes que se encuentra en la Andriana:

1.       “…en la vida no hay principio más útil que aquello de «nada en demasía»”. Esta frase hace referencia a un principio de Solón que lo hace grabar en el templo de Apolo. Es un principio que nos invita a buscar en cada momento el término medio, la virtud. Si somos equilibrados en nuestros actos, en nuestra manera de hablar, en nuestro modo de alimentarnos, etc., se tendrá una vida sana y feliz. 


2.       “… en estos tiempos la adulación procura amigos y la verdad odio”. Es una frase tan antigua, pero a la vez tan actual. En la vida diaria, en los centros de trabajo, en las relaciones humanas la adulación se ha encargado de romper amistades, de manchar honras por quedar bien. Por el contrario, la verdad como conocimiento y expresión de la realidad se ve menguada o relativizada. 


3.       «Las riñas de los amantes son la renovación de su amor». Esta frase nos invita a reflexionar en torno a la convivencia de la pareja. Sabemos que no todo es felicidad en la convivencia amorosa, hay noches oscuras que ponen a prueba de qué calidad está forjado el amor de los amantes. Sin lugar a duda que cuanto más sólido sea el amor de los amantes las riñas y contiendas que se tengan harán que se fortalezca y renueve el amor.  


miércoles, 26 de agosto de 2020

 

¿EXISTE DIOS? 

Respuesta del problema de Dios en nuestro tiempo

¿Existe Dios? Y por extensión: ¿Quién es Dios? A ambas preguntas quiere este libro dar una respuesta, y fundamentarla. Quiere tomar en serio el interrogante, pero no quedarse ahí. ¿Sí a Dios? Hace tiempo que para muchos cristianos ya no es evidente. ¿No a Dios? Para muchos no creyentes tampoco lo es.

¿Sí o no? Muchos, entre creer y no creer, están perplejos, indecisos, escépticos. Dudan de su fe, pero también dudan de su duda. Otros muchos están orgullosos de sus propias dudas. Pero el anhelo de certeza permanece.

Verdaderos motivos hay para preguntarse: ¿No está el cristianismo en las últimas? ¿No se ha terminado la fe en Dios? ¿Tiene aún futuro la religión? ¿No hay moral también sin religión? ¿No basta la ciencia?

¿No es Dios originariamente proyección del hombre (Feuerbach), opio del pueblo (Marx), resentimiento de frustrados (Nietzsche), ilusión de infantiloides (Freud)? ¿No está el ateísmo comprobado y no es el nihilismo irrefutable? ¿No han renunciado incluso los teólogos a las pruebas de la existencia de Dios? ¿O acaso se debe creer sin razones? ¿Creer sencillamente?

A todas estas cuestiones Hans Küng irá respondiendo en el desarrollo de este libro, para ello el autor hace un recorrido por algunos filósofos más importantes y desarrolla su postura ante el problema de Dios:

1.       Descartes. – el yo llega al conocimiento de Dios de dos maneras: Causalmente y ontológimente. Pienso luego existo. Siendo Dios veraz y bueno puedo estar seguro de mí mismo y de las cosas materiales que me rodean. La fe no es un acto del espíritu cognoscente, sino de la voluntad, por ello puede asentir sin necesidad de evidencia.

2.       Pascal. - El corazón tiene razones que la razón no conoce. Conocemos la verdad no solo por la razón, sino por el corazón. Creo luego existo. Al Dios de Jesucristo solo se le puede hallar por caminos que enseña el Evangelio. Creyendo en Dios nada se pierde, pero se puede ganar todo.

3.      Kant. – en la Crítica de la razón pura sostiene que Dios no puede ser constatado y analizado como los demás objetos. Las pruebas de la existencia de Dios no demuestran nada, puesto que no podemos cosificar a Dios. Sin embargo, en la Crítica de la razón práctica sostiene que Dios existe como condición de posibilidad de la conciliación entre la moralidad y el anhelo de felicidad del hombre.

4.      Hegel. - Dios es el mundo. Dios es lo supramundano en lo intramundano. La religión tiene que ser auténticamente religión del pueblo, ilustrada. El Dios de Hegel penetra en lo hondo de la subjetividad humana.

5.      Feuerbach. – Dios es una proyección del hombre. Fuera de la naturaleza y el hombre nada existe. Homo homini Deus est (El hombre es el Dios del hombre).

6.      Marx. - comprende al hombre desde la naturaleza de las relaciones sociales, desde la historia, en este sentido el hombre hace la religión y no la religión al hombre. La religión es el suspiro de la criatura oprimida, el sentimiento de un mundo sin corazón. La religión nos distrae y consuela de este mundo de acá, por eso actúa como un sedante que proporciona una realidad ilusoria. En efecto, la religión es el opio del pueblo. Siguiendo esta línea, Lenín sostendrá que la religión es opio para el pueblo, por ello hay que dejar de mirar hacia arriba para buscar el paraíso en la tierra.

7.      Freud. - es el hombre que en su impotencia quien crea a los dioses, por ello la religión es un deseo, una ilusión. En este sentido, la religión es la enemiga de la ciencia.

8.      Nietzsche. - es el predicador del Dysangelion (mala noticia) = Requiem Aeternam Deo: “Dios ha muerto, los hombres lo han matado”. La fe en el Dios cristiano ha perdido toda credibilidad, esto significa el gran derrumbamiento, el vacío desolador, no hay dirección en la vida. En efecto, el hombre está condenado a andar errante por una nada infinita, la inanidad, el nihilismo ¿Quién ocupará el lugar de Dios tras su muerte? El Super hombre con la transmutación de los valores. La vida es el criterio de lo verdadero y lo falso: no hay unidad, no hay verdad, no hay bondad.

Después de hacer este recorrido por las sendas del pensamiento filosófico, Hans Küng de manera clara y enfática, con pleno convencimiento y conocimiento sostiene que “la Existencia de Dios es algo que solo puede ser admitido mediante una confianza en la realidad misma”. Dios es el fundamento, soporte y meta de la realidad. Por ello dice “Sí a la realidad”, como alternativa al nihilismo, desde una postura de confianza radical; “sí a Dios”, como alternativa al ateísmo, desde una fe que trasciende la razón sin negarla; y “sí al Dios de la Biblia”, al Dios de Jesús de Nazaret, como fundamento de esa confianza radical. “La fe en Dios es una decisión confiada del hombre que me exige anticiparme, aventurarme y arriesgarme”.

La opción por Dios tiene carácter de fe. La fe en Dios es una decisión confiada del hombre. Dios no es un objeto inmediato de experiencia, por eso la fe en Dios aparece como un don. Ahora bien, es importante resaltar que Dios no actúa por encima del proceso del mundo, sino dentro de él: en, con y entre los hombres y las cosas. Dios, en efecto, es origen, centro y meta del proceso del mundo.

Es Jesús de Nazaret quien nos invita a ponernos en camino al único Dios Padre en persona. Pues, a través de Él habló, actuó y se reveló definitivamente el mismo Dios.

Finalmente, El hecho de que tantos ateos no hayan logrado nunca sacudirse de encima la problemática religiosa; que los más radicales entre ellos, Feuerbach y Nietzsche, quienes por la proclamación pública de su ateísmo se creyeron más liberados, hayan permanecido hasta el fin de su vida, muy humano por cierto, anclados en Dios y el problema de la religión; todo ello parece, sino pura y desapasionada constatación, abogar menos por la muerte de Dios que por la singular vida del tantas veces dado por muerto. Hoy, en medio de esta realidad que nos está tocando vivir, esta crisis pandémica nos ha demostrado que la profecía de la muerte Dios es ilusoria. Dios está vivo, está presente, nos envuelve toda nuestra vida y nos anima a perseverar en la fe con mucho temor y temblor.

Como esencia de este libro se puede inferir que la religión tiene una importancia decisiva para la realización de una sociedad más razonable y más justa, para una ordenación plausible de lo existente. En este siglo XXI no quedan dudas de que vivimos en un mundo hominizado, pero no humanizado, por ello la religión se presenta como una alternativa para que el hombre logre finalmente su plena humanización.   



 "PIENSAS COMO LOS HOMBRES, NO COMO DIOS"

En esta oportunidad reflexionamos la cita bíblica de Mateo 16,21-27

Jesús ha tomado la firme determinación de ir a Jerusalén a dar testimonio de palabra y de obra que el reino de Dios ha empezado, que es necesario renacer de nuevo, cambiar nuestra forma de pensar y actuar, para empezar a pensar y actuar como Dios. Evidentemente que esta tarea será muy dura, puesto que Jesús hablará a los integrantes del "establishment", es decir a los que ostentaban el poder religioso, social y político: ancianos (aristócratas), sumos sacerdotes  y escribas (teólogos juristas). 

Es importante saber que estos hombres tenían su propia concepción o idea de Dios, que es totalmente divergente con el Dios que presenta y predica Jesús de Nazaret. El Dios del "establishment", por ejemplo, es un Dios que salva al hombre sí, pero no a todo hombre, sino al hombre que observa la Ley, al que hace votos, sacrificios, al que da limosna. Es decir, se perdona a aquel que de pecador se ha vuelto justo. Frente a este Dios primero están los actos luego la gracia. Quien no realiza esos actos piadosos serán pecadores y, por ende, les alcanzará el juicio, el castigo eterno. 

Por el contrario, el Dios del Nazareno es un Dios que salva a todo hombre por gracia, es decir al pecador le es regalado el perdón, basta que acepte el perdón y se convierta ("vete y no vuelvas a pecar" "tus pecados te son perdonados" "hoy mismo estarás en el paraiso"). El perdón que ofrece Dios, es un perdón sin restricciones, solo se pide una fe confiada. Quien ha experimentado el Gran perdón de Dios no debe negar el pequeño perdón a los demás. Frente al Dios de Jesús de Nazaret primero esta la Gracia, luego los actos. 

A este Dios de la Gracia es a quien lleva Jesús al centro del poder religioso y "fracasará", puesto que el establishment lo rechazará y preferirá al Dios de la Ley. Allí, en el centro del poder religioso, el Nazareno padecerá el repudio de los representante de Dios, será condenado a muerte, pero triunfará con su Resurrección. 

Pero esta nuevo paradigma de entender y comprender a Dios no solo será difícil de aceptar para los representantes del poder religioso, sino también por sus mismos discípulos. Pedro, quien anteriormente había revelado quién es Jesús - "el Mesías, el Hijo de Dios"- ahora actúa como tentador para los planes de Dios, es decir Pedro pasó rápidamente de ser un revelador a ser un tentador. 

Vemos entonces cuán frágil puede ser nuestra condición humana cuando estamos movidos por unas ideas meramente humanas. "Piensas como los hombres". ¿Qué pensaban los hombres respecto al Mesías de Dios? Al parecer, en el tiempo de Jesús, había varias tendencias o posturas respecto a cómo debía de ser el Mesías, por ejemplo para un grupo el Mesías tenía que ser guerrero, para liberar a su pueblo de la opresión extranjera; para otro el Mesías tenía que salir dentro de la casta sacerdotal, para otros el Mesías tenía que ser un rey triunfante. Todas estas ideas las tenía también los discípulos de Jesús, es por ello que cuando Pedro escucha que su Maestro va entrar a Jerusalén y que, lejos de triunfar, va a fracasar porque será rechazado y condenado a muerte por el poder religioso lo reprende. Ante las palabras de su Maestro todas sus ideas respecto al Mesías de Dios se le derrumban, se queda sin piso. No era el Mesías que esperaba, es por ello que no acepta que el triunfo definitivo viene con la resurrección. 

Para alimentar nuestra vida de fe vale preguntarnos ¿Quién es Jesús para mí? ¿Qué tipo de mesías veo en Jesús? Para no ser un satanás al proyecto de Dios tengo que pensar y actuar como Dios pero ¿Qué acciones hacen que mi fe se convierta en una tentación para los demás? ¿Cómo piensa y actúa Dios? Esta respuesta en particular la obtendremos siguiendo a Jesús el de Nazaret. 

sábado, 24 de febrero de 2018



EL MONTE TABOR  (Mt 9. 2-10)
Una de las experiencias más ricas espiritualmente es la experiencia que tuvieron los tres discípulo en la transfiguración de Jesucristo en el Monte Tabor. En aquel hecho significativo para la comunidad cristiana naciente se revela que el Jesús humano, histórico, es a la vez divino, es Hijo de Dios, amado del Padre.

Este acontecimiento del Tabor nos presenta a los personajes en dos grupos:
a. por un lado tenemos a: Jesús, Pedro, Santiago y Juan.
b. por otro lado tenemos a: Elías y Moisés.

Los del primer grupo suben al monte Tabor guiados y acompañados por Jesús. Es él quien dirige la subida, es el quien acompaña en el cansancio y agotamiento. Los del segundo grupo esperan en el cima del Monte, son personajes importantes de la Historia de la salvación: uno profeta y el otro patriarca. Son ellos quienes conversan con Jesús mientras  los tres Apóstoles están un poco separados, pero que contemplan este hecho de una manera admirada.

Resultado de imagen para el monte taborEl en la cima del Tabor que se produce la manifestación de Dios. La nube, signo bíblico de la manifestación de Dios, es señal que algo importante está por suceder. En medio del diálogo entre el Jesús, Moisés y Elías y el asombro de los Apóstoles irrumpe una voz desde la nube: "éste es mi hijo amado: escúchenlo". Es la voz del Padre que se hace historia salvífica y que pide escuchar a su Hijo amado. 

Todo cristiano tiene que elegir su Monte, su Tabor, para poder tener experiencia con los divino. Es bueno que de vez en cuando nos alejemos del bullicio de la urbe, de los gritos, del tráfico, de nuestras preocupaciones para emprender la subida con Jesús, tener experiencia de Dios acompañado de Jesús y bajar con Jesús a nuestra realidad para transformarla. 

"Éste es mi hijo amado: escúchenlo". Es el mandato que nos da el Padre. Preguntémonos ¿qué me quiere decir Jesús hoy? ¿cuál es su mensaje? ¿de Qué me tengo que convertir? ¿qué me impide subir a mi Monte?.

miércoles, 26 de julio de 2017

EL ORIGEN DE LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ


Cuando uno dialoga con un “Testigo de Jehová” y le pregunta sobre su origen, manifiesta que su movimiento religioso no es de origen humano, sino que "durante aproximadamente sesenta siglos" ha habido "testigos de Jehová" en la tierra. Afirmará que Abel fue el primero. Fueron "testigos" también Enoc, Noé, Abraham, Moisés, Jeremías, Juan el Bautista y aun el mismo Jesucristo (Apoc. 3:14). No obstante, la verdad es que su origen se debe a la obra de dos personas: Carlos Taze Russell y José Franklin Rutherford, quienes fueron respectivamente profetas y caudillos de las primeras dos etapas de su historia.

1.      Carlos Taze Russell
Carlos Russell nació en Allegheny (ahora suburbio de Pittsburg), Pennsylvania, en el año 1852. El y su padre eran prósperos dueños de varias tiendas de ropa. Desde joven se entusiasmó sobre la segunda venida de Cristo y empezó a estudiar de manera especial los libros proféticos, sobre todo Daniel y Apocalipsis. El resultado de estos estudios fue la formación de un sistema profético que él llamó "El Plan Divino de las Edades". En efecto, por medio de sus estudios llegó a la conclusión de que Cristo establecería su reino milenial en 1914 y que, en vista de esto, vendría en forma espiritual en 1874 para hacer una obra preparatoria antes de la inauguración de ese reino.
Esta propuesta apocalíptica hizo que la predicación de Russell ganara prontamente una gran cantidad de seguidores, por eso para el año de 1881 el movimiento tiene ya carácter internacional: dos misioneros fueron enviados a Inglaterra. Para el año de 1888 se predicaba el ruselismo en los EE. UU., Inglaterra, China, India, Turquía y Haití.
Entre los años 1886 y 1904 escribió su magnum opus de seis tomos — Estudios de las Escrituras. El primer tomo llevaba el título de El Plan Divino de las Edades. Este tomo fue traducido a unos 30 idiomas, incluyendo el español. Russell fue altamente admirado por sus seguidores, quienes lo estimaban como un profeta inspirado de los últimos tiempos e intérprete por excelencia de las Escrituras. Casi llegaron a adorarlo. Sus libros llegaron a ser una segunda Biblia, o por lo menos la interpretación infalible de ella. Pues él mismo dice:
Los seis tomos de Estudios de las Escrituras constituyen prácticamente la Biblia arreglada conforme a temas. No son meramente comentarios acerca de la Biblia sino que son prácticamente la Biblia misma… No puede verse el plan divino estudiando la Biblia por sí sola. Encontramos que si alguien pone a un lado los Estudios, aun después de familiarizarse con ellos... y se dirige a la Biblia sola, dentro de dos años vuelve a las tinieblas. Al contrario, si lee los Estudios de las Escrituras con sus citas y no ha leído ni una página de la Biblia como tal, estará en la luz al término de dos años.
Con estas palabras se ve reflejado la intencionalidad de Russell: el presentarse como el profeta de los últimos tiempos y el único de transmitir el verdadero mensaje de Dios.
Russell tenía una apariencia venerable. No obstante, era un hombre muy de este mundo. Si bien tenía poca preparación académica, no le faltaban sagacidad y astucia. Reunió grandes cantidades de dinero, a veces por medio de métodos dudosos. Persuadía a las personas a que, en vista de que el fin del siglo se aproximaba, le entregaran sus bienes para la propagación del mensaje del "reino". Muchas mujeres se dejaron engañar por este método de razonar.
Con su familia no le fue bien. Se casó en 1879. Su esposa cooperó con él durante los primeros años, pero andando el tiempo surgió un distanciamiento entre los dos; en 1897 ella se separó de él; en 1903 pidió el divorcio, lo cual se le concedió en 1906. El divorcio fue concedido a base de las siguientes acusaciones:
. . . que su amor propio, egoísmo y tiranía eran tales que harían Intolerable la vida para cualquier mujer sensible; que su conducta con otras mujeres fue impropia; que en una ocasión guardó silencio para con su esposa durante cuatro semanas y se comunicó con ella únicamente por medio de cartas de carácter reprensible, y que procuró por los medios más despreciables aislar a su esposa de la sociedad, e intentó conseguir un dictamen que la pronunciara demente a fin de deshacerse de ella.
Su conducta y vida moral contrastaba con la imagen que proyectaba a sus seguidores. Este acontecimiento del divorcio llevó a una crisis en el movimiento, pues muchos seguidores desertaron porque dudaban que un hombre divorciado pudiera dirigir la obra del Señor. Pero lo peor estaba por llegar.
El año 1914 vino y pasó, año en que, según su interpretación de las Escrituras proféticas, Cristo establecería su reino milenial. Irónicamente este año, en vez de traer paz milenial, trajo la peor guerra hasta entonces conocida. Dos años más tarde, el 31 de octubre, murió Carlos Russell a bordo de un tren en que viajaba por el estado de Texas.

2.      José Franklin Rutherford
Al morir Russell lo más lógico era que el movimiento se desintegrara hasta finalmente desaparecer. Sin embargo no fue así. Gran parte del fortalecimiento y expansión del movimiento fue gracias a la obra de un hombre llamado José Franklin Rutherford.
Rutherford nació en 1869 en el estado de Missouri, de padres hacendados, bautistas. Estudió derecho, y llegó a ser abogado de cierto éxito. Por un breve tiempo fue juez de una corte — de ahí que se acostumbraba a llamarlo "el juez Rutherford". En 1907 llegó a ser el abogado del movimiento con lo cual llenó una necesidad urgente, ya que la secta se metía en tantos litigios.
En 1917, un año después de la muerte de Russell, Rutherford fue elegido presidente de la Sociedad. Tomó las riendas de la organización cuando pasaba ésta por una crisis grave. Como presiente tenía que enfrentar problemas diversos: El milenio profetizado no había venido. Había desaparecido la personalidad poderosa y semiadorada de Russell. Algunos abandonaban la secta, otros rehusaban aceptar la dirección del nuevo presidente, y otros salían para formar grupos disidentes.
Para hacer frente a todo esto lo que hizo Rutherford fue espiritualizar la profecía y reactivar la propaganda, viéndose los éxitos en dos años. Para superar la crisis de la profecía de Russell, enseñó que en verdad el reino se inició en 1914 como se había profetizado — ¡pero Jesús fue entronizado, no en la tierra, sino en los cielos! En dicho año tocaron a su fin "los tiempos de los gentiles", terminando "legalmente el dominio gentil". Según la explicación rutherfordista estamos en la época introductoria o transitoria del reino de Cristo, quien ya desde el año 1914 reina en el cielo. Los "testigos de Jehová" son los únicos súbditos auténticos del reino.
Con todo este trabajo Rutherford fue reconocido por los seguidores como escritor, organizador y propagandista. Como escritor publicó varios libros, pero los más importantes son: Millones que ahora viven no morirán jamás (1920), en esta obra profetizó que en el año 1925 Abraham, Isaac, Jacob y otros fieles de antaño resucitarían físicamente para ser representantes del "nuevo orden" de cosas en el reino. Es por demás decir que no se cumplió la profecía.
El otro libro es El Arpa de Dios (1921). El Arpa era una exposición detallada de la teología de la segunda etapa de la historia de la secta. Significaba un rompimiento con el ruselismo antiguo.26 Suplantó a los Estudios de las Escrituras, tomando su lugar como la segunda Biblia de los "testigos". Dejaron de imprimir la antigua obra de Russell.
Sin embargo, no dejó de haber dificultades en la secta. Aún desde cuando llegó a ser una organización formal con Russell como presidente, su gobierno tuvo algo de carácter dictatorial. Pero cuando Rutherford tomó las riendas la dictadura llegó a ser casi absoluta.
En el año 1939 el vicepresidente Moyle fue destituido por haber criticado la organización y por haber protestado contra las condiciones que existían en la "Casa Bethel", donde se hospedan los que trabajan en la confección de literatura ruselista. Presentó las siguientes quejas: (1) los frecuentes reproches y regaños que Rutherford daba a los trabajadores, (2) la parcialidad que mostraba a favor propio y en contra de sus seguidores en cuanto al modo de vivir, (3) el uso excesivo de alcohol, y (4) el empleo de lenguaje vulgar.
Finalmente muere Rutherford el 8 de enero de 1942. Murió en la mansión lujosa que había construido en San Diego, California, para hospedar a los santos antiguos quienes, según se esperaba, debían resucitar el año 1925.






3.      Natán H. Knórr

A la muerte de Rutherford Knórr es elegido como presidente. La gran reforma que va a realzar es que en el movimiento ya no hay un líder o profeta que transmite infaliblemente la voz de Dios, sino un grupo de líderes. Pues la orden que da Knórr es que el grupo élite del movimiento debe de pertenecer a los 144 000.


Como enseñanza del origen de los Testigos de Jehová se puede decir que es un movimiento que tiene su origen en un hombre u hombres, a cuyos escritos los seguidores los consideran como segunda Biblia. Otro aspecto importante que se resalta, y que nosotros los católicos no hemos aprendido, es la gran capacidad de organización y del elemento propagandístico. 

viernes, 24 de marzo de 2017

CAMINAR COMO "HIJOS DE LA LUZ"



Pablo saca la consecuencia concreta, no ya poética, sino bien prosaica y estimulante, de la gran noticia de que hemos sido iluminados por Cristo. Podemos decir que Pablo es quien nos ofrece su "homilía", aplicando la revelación de Cristo como luz a nuestra vida concreta. Por eso hoy va también para nosotros su consigna: "despierta, tú que duermes, y Cristo será tu luz... Caminad como hijos de la luz".

En esta Pascua cercana Cristo nos quiere devolver la vista también a nosotros. Si de cuando en cuando acudimos al oculista para un chequeo de nuestros ojos, la Pascua también quiere ser una limpieza y sanación de los defectos que podamos tener en nuestra visión de fe. Para que caminemos como hijos de la luz.

Esto nos interpela: ¿queremos de veras vivir en la luz, o preferimos la oscuridad o la penumbra? Caminar como hijos de la luz significa, para Pablo, que hemos de vivir en la bondad, la justicia y la verdad. No podemos actuar como los escribas y fariseos del evangelio de hoy, que se empeñan en no salir de su ceguera y de su hipocresía, apoyados en las instituciones y en los criterios que ellos mismos se han construido. Vivir en la luz significa no vivir en la trampa, en el odio, en la manipulación de la verdad.

La poscomunión de hoy nos recuerda, ante todo, que Dios es la luz verdadera: "Señor Dios, luz que alumbras a todo hombre". Pero en seguida pide que nosotros, los que hemos celebrado esta Eucaristía, quedemos envueltos en esa misma luz: "ilumina nuestro espíritu con la claridad de tu gracia".

El Bautismo fue nuestra primera "iluminación": este fue uno de los nombres de este sacramento desde los primeros siglos. Cada año renovamos nuestro Bautismo, en la Vigilia pascual, y pedimos a Dios que nos renueve la gracia bautismal, que renueve la "iluminación" de nuestros ojos.

Pero además de vivir como hijos de la luz, se nos encarga que seamos nosotros "luz del mundo". Como nos encargó Jesús en el sermón de la montaña: "vosotros sois la luz del mundo... no se enciende una lámpara y la ponen debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos los que están en la casa: brille así vuestra luz delante de los hombres" (Mt 5,14).

Es lo que pasará en la Vigilia Pascual: entraremos en la iglesia siguiendo y cantando aclamaciones a Cristo como luz del mundo, y a la vez encenderemos unas velas personales, tomando la luz del Cirio símbolo de Cristo, mostrando plásticamente que también nosotros hemos de ser iluminadores de este mundo con nuestra vida pascual. Como el ciego, que dio testimonio de su fe a los demás, aunque le costara la expulsión de la sinagoga.

Pascua es Pascua de luz. Y nos invita a optar por la luz en nuestra vida. La luz que es Cristo. La luz que nos comunica a nosotros. La luz que nosotros somos encargados de comunicar a los demás.




jueves, 23 de febrero de 2017

NO SE PUEDE SERVIR A DOS SEÑORES Mt 6,24-34



  

Muchos cristianos han tenido y siguen teniendo dudas sobre la cercanía de Dios y su amor para con nosotros, sobre todo en tiempos de oscuridad en que se acumulan las desgracias personales o comunitarias. También ahora puede uno pensar, como en tiempos del destierro que sufrían los contemporáneos de Isaías: "me ha abandonado el Señor, mi dueño me ha olvidado". Dios, a veces, parece ausente, callado, olvidadizo.

La respuesta nos la ha dado ya Isaías: aunque una madre se pudiera olvidar del hijo de sus entrañas, Dios no se olvida nunca de los suyos. El salmo ha insistido: "confiad en él, desahogad ante él vuestro corazón".

En la página del evangelio que hemos escuchado hoy Jesús llama dos veces a Dios "vuestro Padre", y nos asegura que si cuida con ese mimo a los pájaros y a las flores del campo, "¿no hará mucho más por vosotros?", y que "ya sabe vuestro Padre del cielo que tenéis necesidad de todo eso".

En la Biblia aparece Dios, a veces, con rasgos maternos. La comparación que hace Isaías de Dios con una madre, representa un vivo retrato de cómo es Dios ya en el AT. Se hizo famoso el papa Juan Pablo I cuando afirmó que Dios "más que Padre, es Madre". Con ello reflejaba las páginas en que en la Biblia aparece dibujado ese "rostro maternal de Dios", como cuando Jesús se compara a sí mismo a una gallina que cobija a sus polluelos.

En el NT se acentúa más todavía el amor de Dios. Hasta la valiente afirmación que llega a hacer Juan en sus cartas, al decirnos con convicción que "Dios es Amor". Muchas veces no sabremos explicar cómo Dios puede permitir o no remediar tanto mal como hay en el mundo. Hoy, las lecturas, no pretenden darnos respuesta a estos interrogantes. Sí nos invitan a confiar en Dios. Y Cristo nos ofrece otros criterios de conducta que ciertamente darían más paz a nuestra vida.

Jesús nos da pistas para nuestra actuación de creyentes. Unas pistas y consignas que pueden parecemos poco convenientes en el mundo de hoy, donde estamos enfrascados en una lucha, a veces cruel, por la supervivencia. Pero él nos invita a confiar en Dios, en oposición a la excesiva preocupación por el dinero.

Empieza diciendo que no podemos servir a dos señores: Dios y el dinero (Dios y Mammón). "Servir" es un verbo fuerte. Es como "pertenecer", obedecer en todo. La postura de Jesús frente a las riquezas y los ricos es bastante negativa, a lo largo de todo el evangelio. Quiere enseñarnos que las riquezas no deben ser nuestra obsesión, que no son la meta fundamental, que hay otras cosas más importantes.

Lo que sigue es consecuencia de eso ("por eso os digo"). Jesús nos invita a no agobiarnos ni por la comida ni por el vestido, dos de las cosas que más nos preocupan siempre. Pone el ejemplo de los pájaros, que comen porque Dios les ha puesto el instinto de buscar y encontrar comida para sí y para sus polluelos, y el de las flores, que también saben sacar de la tierra la hermosura que les caracteriza. En la naturaleza misma se ve cómo Dios ha puesto en principio un equilibrio sano, que deberíamos saber imitar.

El verbo que aquí más se repite y se subraya es el de "no os agobiéis" (hoy sería el equivalente del "estrés"). Naturalmente que hay que comer y vestirse, y buscar cómo dar de comer y de vestir a los nuestros. Pero sin agobio. Es como una explicitación de la primera bienaventuranza: "bienaventurados los pobres.



  LA ANDRIANA La Andriana es una comedia escrita por el comediante latino Publio Terencio Afro. Según los estudios, hay un cierto consenso...