jueves, 5 de noviembre de 2015

LAS TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN EN CONTEXTOS EDUCATIVOS


El Dr. Alfonso Infante Moro & Dr. José Ignacio Aguaded Gómez (2012)  nos dicen que “Las redes sociales son una forma de comunicación social que, según el fin que tengas en su uso, la puedes encontrar de una temática u otra”. Pues, las hay desde amigos hasta para profesionales. Ahora bien, la aplicación de las redes sociales en la educación es la variedad de relaciones posibles en donde docentes y estudiantes se relacionan de múltiples maneras. Esas relaciones pueden estar motivadas por el interés común de un tema, un curso de formación, la titulación, las aficiones, la nacionalidad, las tutorías, los grupos de trabajo, entre otros.
Respecto a la aplicación de las redes sociales en la educación lo que se tiene es algo sorprendente: hay poca información, pero sí hay mucha experiencia. Es decir, que la experiencia que se tiene sobre el uso de las redes sociales es más fuerte fuera de las aulas, para diferentes motivos, que la aplicación en ellas.
Hoy más que nunca “son infinitas las posibilidades y las características que las redes sociales pueden ofrecer a la educación”. Sin embargo, frente a esta nueva herramienta no falta quienes tengan una posición pesimista o escéptica, porque son inexpertos en ella: las redes sociales no son útiles porque no permite hacer nada productivo. Con la aplicación de esta nueva herramienta en la educación es importante tener en cuenta que los frutos y beneficios no se ven inmediatamente, sino a medio-corto plazo. Ayuda a esto el uso de las TIC, pues permiten que con un solo clic tanto el docente como el estudiante puedan tener acceso a una infinita información y a la comunicación en las diferentes redes sociales. Es, pues lo que se llama Web 2.0. Es decir, la herramienta digital que nos da acceso a una infinidad de recursos y aplicaciones para estar conectados.
Entre las redes sociales que se encuentra en internet se pueden destacar las siguientes: Xing; Tuenti / Facebook; Linkedin; MySpace. De todas estas redes sociales, la más conocida y la que tiene mayor número de usuarios es la que casi todos los internautas la conocen: Facebook.
Así como se habla de Web 2.0, se puede hablar de Educación 2.0, “como una nueva forma de aprendizaje, donde se usan las tecnologías y sobretodo los avances conseguidos. Este nuevo concepto se basa en la creación de conocimiento social y en el trabajo colaborativo”. Es decir que es el ámbito donde un grupo de personas puede construir sus propios conocimientos gracias al trabajo conjunto y la interacción de ideas. En esta nueva educación el estudiante es un “participante activo involucrado en su proceso de aprendizaje y coproductor de contenidos y recursos de aprendizaje”. El docente es el mediador, el que orienta y acompaña al estudiante en su proceso – aprendizaje.
Para sacar un buen provecho a las redes sociales en la educación, “La mayoría de las experiencias llevadas a cabo con una red social como herramienta educativa tanto en colegios, institutos y universidades han usado la red «Ning» (http://internetaula.ning.com/)”. Es una plataforma donde el docente puede crear su propia red social pública o privada siempre y cuando tenga un fin educativo. La red “Ning” “Proporciona una vía para que los profesores aprovechen las redes sociales en un contexto neutral, que ofrezca funcionalidad y experiencia y sean familiares y cómodas a los estudiantes”.
Sin lugar a duda que, en un centro educativo, un docente mediante la creación de su propia red social “puede facilitar un fuerte sentido de comunidad entre los estudiantes y fomentar interacciones personales que pueden conducir a la creación de nuevos conocimientos”, no solo dentro del aula, sino fuera de ella.


Al mirar nuestra historia nos damos cuenta que la educación ha estado presente a lo largo de la vida del hombre. Es inherente a la vida humana desde sus inicios y está presente en todas las manifestaciones culturales de los hombres de todos los tiempos. Ella ha ido adecuándose a las necesidades culturales, políticas, económicas y religiosas propias de cada época, haciendo uso de las herramientas más efectivas para el aprendizaje. En este sentido, actualmente una herramienta que no puede faltar en la educación es el uso de las redes sociales.
Hoy en día Internet se ha convertido  en un espacio de información y de comunicación, con una tendencia a su uso más social y participativo de la información que se encuentra. Esta tendencia, de los propios usuarios, ha generado una nueva fase de la web, la llamada Web 2.0, “en la que las redes sociales emergen como medio socializador de la Red.  Dichas redes han abiertos nuevos espacios de expresión para las personas donde pueden manifestar sus investigaciones, vivencias, intereses, opiniones, expresiones artísticas, inquietudes, preferencias, etc.” (Roig Vila, Mangual Andrés, & Rodríguez Cano, 2013)
Es verdad lo que señalan Infante y Aguaded al afirmar que hay mucha experiencia en el uso de las redes sociales. Pues, los que la usan más son los estudiantes (Infante Moro & Aguaded Gómez, 2012). Son ellos los que mejor saben manejar una red social: cómo crear una red social, hacer invitaciones, cambiar perfil, subir fotos, chatear, etc. No obstante, como bien lo señalan, el uso que se da a la red social casi nada tiene que ver con la educación, con la construcción de nuevos aprendizajes. No obstan, los docentes tiene poco conocimiento o uso de ellas.
En este sentido, pienso que para que sea efectiva el uso de la red social y rinde buenos resultados en el campo de la educación en primer lugar tiene que haber, por parte de la Institución Educativa, un programa de capacitación en el uso de las redes sociales como herramientas educativas para los docentes, puesto que son ellos los que van a dirigir, orientar, monitorear los procesos – aprendizajes de sus estudiantes. En segundo lugar, es importante señalar claramente a los estudiantes los objetivos educativos que se persiguen, la metodología y la organización para que no utilicen la red social para otros fines ajenos a la educación. En tercer lugar, y no menos importante, el uso de las redes sociales como herramientas educativas tiene que estar insertado en el currículo educativo de la Institución. Esto significa también realizar unos cambios a nivel de infraestructura para optimizar el uso de las redes sociales.
En efecto, la escuela no es el único centro de aprendizaje, los alumnos tienen acceso a la información desde la Web 2.0, como bien se señala. Por eso pienso que el objetivo en la educación es hacer pasar al estudiante que tiene acceso a mucha información a la construcción del propio conocimiento. Urge entonces crear nuevos modelos educativos que respondan a las necesidades y exigencias propias de una sociedad digital, porque la formación y la construcción de los aprendizajes se puede realizar desde cualquier lugar. Dentro de estos modelos educativos, sin lugar a duda tiene que estar el uso de las redes sociales.



El uso de las redes sociales como herramientas en el campo educativo tiene, como toda herramienta pedagógica, sus pros y sus contras. Como fortalezas para el proceso – aprendizaje de los estudiantes es que la red social permite que la construcción del aprendizaje se genere de manera conjunta. Pues el estudiante aprenderá más con la interacción de los miembros del grupo que si lo hace solo. Asimismo, permite que el estudiante sea el protagonista de su propio aprendizaje, participando activamente en el grupo. Otras de las fortalezas del uso de la red social, como muy bien lo señalan, es que a través de la red social se crea una comunidad de aprendizajes que está integrada nexos de comunicación entre: profesor –estudiante; estudiante – estudiante y profesor  - profesor. Y para ser más efectivo el uso de las redes sociales se han creado plataformas donde se alojan redes sociales que han sido creados con fines educativos, contrastando con las que se han creado para el uso en general. Del mismo modo, se puede decir que el uso de las redes sociales como herramienta educativa agiliza la comunicación, acorta las distancias y los espacios.
Pienso que como debilidades que nos presenta el uso de las rede sociales como una herramienta en la educación es que se corre el riesgo que, si los estudiantes no tiene claro el objetivo y los fines, se convierta en una pérdida de tiempo. Por otro lado, se corre el riesgo que en la comunicación se hable sobre otros temas ajenos al objetivo, disipando así el tiempo.
De todas formas, el uso de las redes sociales y su aplicación en la educación como una herramienta es necesario para que el estudiante construya su propio aprendizaje, puesto que como sugiere la teoría del constructivismo social el estudiante logra aprender gracias a un aprendizaje corporativo y mediado.

Bibliografía

Cukierman , U. R., & Virgili, J. M. (2010). La tecnología educativa al servicio de la educación tecnológica. Experiencias e investigaciones en la UTN. Buenos Aires: edUTecNe.
Infante Moro, A., & Aguaded Gómez, J. I. (2012). Las redes sociales como herramientas educativas. En Y. Sandoval Romero, A. Arenas Fernandéz, E. López Meneses, J. Cabero Almenara, & J. I. Aguaded Gómez, Las Tecnologías de la Información en Contextos Educativos: Nuevos escenarios de aprendizaje. (págs. 163 - 173). Cali: Universidad Santiago de Cali.
Roig Vila, R., Mangual Andrés, S., & Rodríguez Cano, C. (2013). Internet como medio de información, comunicación y aprendizaje. En J. Barroso Osuna, & J. Cabero Almenara, Nuevos escenarios digitales. Las tecnologías de la información y comunicación aplicadas a la formación y desarrollo curricular (págs. 209 - 232). Madrid: Pirámide.




lunes, 19 de octubre de 2015

EL PODER DE LA RECONCILIACIÓN: EL CÁNTICO DEL HERMANO SOL



Altísimo, omnipotente, buen Señor,
tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor y toda bendición. (cfr. Apoc 4,9.11).

A ti sólo, Altísimo, corresponden
y ningún hombre es digno de pronunciar tu nombre.

Alabado seas, mi Señor, con todas tus criaturas, (cfr. Tob 8,7),
especialmente el señor hermano Sol,
él es el día y por él nos alumbras;
y es bello y radiante con gran esplendor:
de ti, Altísimo, lleva significación.

Alabado seas, mi Señor, por la hermana Luna y las Estrellas: (cfr. Sal 148,3),
en el cielo las has formado claras, preciosas y bellas.

Alabado seas, mi Señor por el hermano Viento,
y por el Aire y Nublado y Sereno y todo tiempo(cfr. Dan 3,64-65),   
por el cual a tus criaturas das sustento. (cfr. Sal 103,13-14).

Alabado seas, mi Señor, por la hermana Agua, (cfr. Sal 148,4-5),
que es muy útil y humilde y preciosa y casta.

Alabado seas, mi Señor, por el hermano Fuego, (cfr. Dan 3,66),
por el cual alumbras la noche  (cfr. Sal 77,14):
y  es bello y alegre y robusto y fuerte.

Alabado seas, mi Señor, por nuestra hermana la madre Tierra, (cfr. Dan 3,74)
que nos sustenta y gobierna, y produce diversos frutos
con coloridas flores y hierbas. (cfr. Ps 103,13-14).

Alabado seas, mi Señor, por los que perdonan por tu amor (cfr. Mt 6,12),
y sufren enfermedad y tribulación.
Dichosos aquellos que las sufren en paz, (cfr. Mt 5,10),
porque de ti, Altísimo, coronados serán.

Alabado seas, mi Señor, por hermana Muerte corporal,
de la que ningún hombre vivo puede escapar:
¡Ay de aquellos que morirán en pecado mortal!
Dichosos los que encontrará en tu santísima voluntad,
porque la muerte segunda no les hará mal. (cfr. Apoc 2,11; 20,6).

Alabad y bendecid a mi Señor  (cfr. Dan 3,85),
y dadle gracias y servidlo con gran humildad. (Escritos y Biografías. Documentos de la Época, 2003)


I.                   INTRODUCCIÓN


Hay muchos hombres que perduran en la historia por sus escritos, enseñanzas, inventos, por su forma de vida, entre otros. Francisco de Asís, hombre nacido en el año 1182 dentro de un sistema social feudal que estaba entrando en crisis por el surgimiento de un nuevo sistema: la burguesía, hoy en el siglo XXI es relevante no sólo por sus escritos[1], sino sobre todo por su forma de vida, por su manera de relacionarse con Dios, con el prójimo y con la naturaleza. Su vida hecha oración, desprendida de todo aquello que lo pueda apartar del amor de Dios, transmitió el sentido profundo de la humildad y la pobreza, de la fraternidad y la armonía, de la paz y el bien.

El llamado Cántico del hermano Sol (Escritos y Biografías. Documentos de la Época., 2003) nos revela precisamente al Francisco pobre y humilde que, ni el dolor de las llagas de Cristo llevadas en su cuerpo, ni la enfermedad lo apartan del amor de Dios[2] (Cf. Rm 8,35). Un año antes de su muerte (1226) está totalmente convencido de que nadie ni nada lo puede apartar de aquello que siembre anheló: la configuración con Cristo pobre y crucificado.

En el presente artículo partiré presentando los datos históricos respecto al Cántico del hermano Sol, haciendo una presentación de la situación vital de Francisco. Seguidamente desarrollaré la interpretación de las estrofas resaltando lo más significativo para nuestra vida como hombres y mujeres de fe deseosos de vivir en armonía y reconciliados con uno mismo, con el prójimo, con la naturaleza y con Dios. Finalmente, a modo de conclusión, se mencionará la importancia de del Cántico para nuestra sociedad del siglo XXI.

II.                Datos históricos.

El Cántico del hermano Sol, atribuido a san Francisco de Asís[3], está escrito en el romance italiano de Umbría. Es decir, es un cántico compuesto en el lenguaje de la gente sencilla, de la gente de a pié, porque para ellas estaba dirigido. Y es que son los pobres, los humildes y sencillos los preferidos del Señor (Cf. Mt 13,25; 1Cor 1, 26-28), son ellos los que mejor captan el amor de Dios, la ternura de Dios en la creación; y por qué no decir, son ellos los que más se maravillan por la belleza de la creación. Por eso para Francisco la creación «solo» es un reflejo de la belleza de Dios creador, fuente de todo lo que es bueno y bello.

Algunos especialista sugieren como tres lugares donde pudo haberse compuesto el cántico al hermano Sol: san Damián, san Damián de la Foresta o el palacio episcopal de Asís. Sin embargo, la mayoría de ellos se inclina por afirmar que el Cántico fue escrito en la capilla de san Damián, donde el año 1106 escuchó la voz del Señor[4].

Respecto a la composición final, el Cántico se encuentra entre dos acontecimientos muy importantes para san Francisco de Asís y para la espiritualidad franciscana: la estigmatización en el monte Alverna en septiembre de 1224[5], y su muerte acaecida al atardecer del 3 de octubre de 1226[6]. Los datos que nos proporcionan los biógrafos de Francisco como  Celano, y otras referidas por la Leyenda de Perusa y, naturalmente, también por el Espejo de Perfección se puede pensar con fundamento que la composición del Cántico tuvo lugar en el invierno de 1224-1225. “Así, según Celano (2 Cel 213), el Cántico fue compuesto cuando Francisco, algún tiempo después de haber recibido las Llagas, yacía gravísimamente enfermo y, por ello, imposibilitado de seguir realizando aquellas correrías apostólicas que había acostumbrado hacer, montado en un asnillo, durante los meses inmediatamente posteriores a los Estigmas (cf. 1 Cel 98). Por lo tanto, hay que excluir absolutamente el otoño de 1224” (Solsona), como sugieren algunos autores.

Estos datos que se recogen de las fuentes franciscanas, nos hacen caer en la cuenta que el Cántico del hermano Sol no surgió de una mañana de primavera, de un corazón de un joven a quien la vida le sonríe, sino cuando Francisco yacía enfermo en san Damián, soportando los dolores de las Llagas, de la enfermedad de sus ojos y los fuertes dolores que tenía en su estómago.  Lehmann dice “Sabemos muy bien que la salud de Francisco sufrió un duro golpe desde su encarcelamiento en Perusa, donde probablemente contrajo la malaria con la secuela de recurrentes fiebres altas, letales para el hígado, que duraban cuatro días. Sus continuos ayunos y su dedicación, sin tregua, a las predicaciones itinerantes y a trabajar por la paz, lo estaban debilitando lentamente” (Lehmann L. , Francisco y la Belleza, 2011). Durante su viaje a Egipto 1219/1220 y su estadía allí[7], el calor y los vientos del desierto hizo que contrajera conjuntivitis, que lo conducía cada vez más a la ceguera. Para entonces Francisco sufría fuertes dolores en la vista, que la medicina de la época en vez de menguar el dolor hacía que se incremente. Francisco queriendo curarse, “se sometió a esa dolorosa intervención[8] en el verano de 1225, en Fonte Colombo cerca de Rieti. La operación no tuvo éxito alguno, sino que más bien le produjo la ceguera casi total y le aguzó sus dolores hasta darle la impresión de tener espinas clavadas en los ojos” (Lehmann L. , Francisco y la Belleza, 2011). Curiosamente el santo de Dios en vez de recluirse en sí mismo por su enfermedad y los dolores que le provocaba – añadido los dolores de las llagas – habló, exhortó, envió cartas a los hermanos y buscó la reconciliación entre el obispo y el alcalde de Asís (LP 84; EP 101)[9]. El primer biógrafo de san Francisco de Asís nos dice: “Era milagroso de veras que un hombre abrumado con dolores vehementes, de parte a parte, tuviera fuerzas suficientes para tolerarlos. Pero a estas sus aflicciones les daba el nombre no de penas, sino de hermanas.”[10]

            Francisco desde su experiencia de vida, como hombre de fe, señala con gran seguridad que Dios está no solo en los momentos felices y dichos de la vida, sino también en los momentos de sufrimiento y de oscuridad espiritual (Sal 27,10). Nuestra experiencia, por lo contrario, nos dice que cuando estamos enfermos, preocupados u ocupados en diferentes cosas, lo que normalmente disminuye o se extingue es nuestra relación con la creación: con el hombre, con la naturaleza. No fue así con Francisco. En el sufrimiento y el dolor de su cuerpo fue capaz de componer este hermoso Cántico al hermano Sol, reconociendo en las criaturas las huellas de Dios. Nos dice Lehmann que “En su cuerpo enfermo, extenuado, casi deshecho y marcado con las llagas, aparece el reflejo de Cristo resucitado. En él sobresale la fuerza de aquel que ha dicho: «En el mundo viviréis atribulados; pero tened buen ánimo, yo he vencido al mundo» (Jn 16, 33)” (Lehmann L. , 2011). Por otro lado, Tadeo Matura nos dice al respecto que el Cántico al hermano Sol “es un canto de victoria sobre la desesperación que acaba de superar, una mirada todavía bañada en lágrimas, pero ya sosegada, a la bondad y armonía que Dios crea en el universo” (Matura). Es, pues, el Cántico compuesto al término de una noche oscura. Esa noche donde se siente que el alma cae en un vacío profundo y, cuando de repente de la “nada” sorprende la ternura de Dios, la fuerza del Omnipotente uno y trino dándonos luz y calor, amor y perdón.   

El Cántico del hermano Sol, por tanto, refleja el culmen de una vida entregada al Amor, a Cristo pobre y crucificado, es el final de una vida llena de fe que no estuvo exenta de sufrimientos y dolores, de luchas y oscuridades. Éloi Leclerc, ofm. nos dice que “Este Cántico brota de las profundidades de una existencia. Es su culmen y, sin duda, su más alta expresión. Pero hay algo a primera vista sorprendente: este hombre de ojos enfermos que no soportan la luz y no disfrutan de la vista de las criaturas, este hombre cuya mirada no tiene más horizonte que el esplendor del Reino, canta la materia para expresar su gozo: la materia ardiente y radiante, el sol, el fuego; la materia nutricia, el aire, el agua, la tierra, «nuestra madre la Tierra» (Leclerc).

Sin lugar a dudas que la vida del Poverello de Asís nos sorprende a cada momento, por eso también hoy nosotros, como en su tiempo lo hizo el hermano Maseo, podemos dirigirnos a Francisco y preguntarle sorprendidos: “¿Por qué a ti? ¿Por qué a ti? ¿Por qué a ti?”. Él en su respuesta nos dará la clave que explica el atractivo que todavía hoy ejerce su persona y el Cántico:
“Esto me viene de los ojos del Dios altísimo […] me ha escogido a mí para confundir la nobleza, la grandeza y la fortaleza y la sabiduría del mundo, a fin de que quede patente que de Él, y no de creatura alguna, proviene toda virtud y dodo bien  […] y quien se gloría, ha de gloriarse en el Señor”[11].

III.             Interpretación del Cántico
El título que se da al Cántico: del hermano Sol o de las Criaturas, nos puede llevar a un error y dar a entender que es un Cántico de alabanza a la naturaleza, a la creación. La verdad es que todo el Cántico está centrado en Dios. Francisco desde su experiencia de fe habla directamente a Dios en un lenguaje simbólico[12]. En efecto, “Dios es el único al que le corresponde la alabanza, reconocimiento, mediante la acción de gracias asombrada y entusiasta, de su manifestación en el mundo. Pues todas las criaturas muestran algo de la gloria esplendorosa de Dios” (Matura). Es por eso que el Cántico nos llama a reconciliarnos con el otro, con el totalmente Otro y con la creación.

La estructura del Cántico está formada por nueve estrofas más un versículo conclusivo. Las primeras palabras del Cántico reflejan quién es el Señor que ningún hombre es digno de pronunciar su nombre y, las últimas palabras nos señalan cómo tiene que ser el hombre ante Dios: “«Altissimu, onnipotente, bon-Signore... / ... cum grande humilitate»: he ahí los dos polos alrededor de los cuales gira y no para ese torno viviente de Francisco, modelando una de las alabanzas más limpias y bellas que se haya dirigido jamás a Dios” (Solsona).

1.      La primera estrofa.

“Altísimo, omnipotente, buen Señor,
tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor y toda bendición. (cfr. Apoc 4,9.11).

A ti sólo, Altísimo, corresponden
y ningún hombre es digno de pronunciar tu nombre”.

Francisco en la primera estrofa señala claramente quién es el destinatario del Cántico: el Todo poderoso y buen Señor, que está precedida por la imagen del Altísimo (calificativo que aparece en la segunda y octava estrofa). Toda la adoración y alabanzas están dirigidas a aquel que es Todo poderoso y buen Señor, al Dios que crea y renueva, que ama y perdona. Toda la vida del santo buscó acercarse, configurarse con el Señor, sin embargo en esta búsqueda de la configuración con Cristo se da cuenta que hay en el hombre una limitación: los pecados hacen al hombre indigno de pronunciar el nombre de Dios: “ningún hombre es digno de pronunciar tu nombre”. La apropiación de lo divino es limitada.

Han pasado ya veinte años de su conversión. Años que están marcados por una relación con Dios que cada vez se hace más desprendida y menos posesiva. “Este es el sentido profundo de la pobreza para él: renuncia a apropiarse lo que es de Dios y a Dios mismo. No renuncia a nombrarlo, a dialogar con el Altísimo, pero sí a una pretendida posesión del Altísimo” (Solsona). Francisco, ya al final de su itinerario espiritual, se encuentra reconciliado y amado, preparado y disponible para la llamada del Sumo Bien, sin embargo reconoce que es “indigno de nombrar al Altísimo”. Pasando por las criaturas cósmicas, por la realidad del hombre terreno y de la misma hermana muerte, Francisco emprende su vuelo sin retorno a la unión beatífica, siempre “con gran humildad”.

2.      Las seis estrofas esenciales.
                        Las seis estrofas que siguen son las que forman el cuerpo del Cántico. En ellas resaltan los siguientes elementos cósmicos:
v  «el señor hermano sol»;
v  «la hermana luna y las estrellas»;
v  «el hermano viento y el aire y el nublado y el sereno y todo tiempo»;
v  «la hermana agua»;
v  «el hermano fuego»;
v  «nuestra hermana la madre tierra».

Francisco percibe y llama por su nombre a los elementos fundamentales de la creación: el día con el sol triunfal; la noche con sus luces que la regulan: la luna y «las estrellas claras, preciosas y bellas», el viento siempre en movimiento; el agua «muy útil, humilde, preciosa y casta»; el fuego «bello, jocundo, robusto y fuerte»; la tierra con sus flores y frutos. Estos seis elementos que nos inspiran a la reconciliación, están colocado alternativamente masculinos y femeninos, es decir son presentados por parejas; cada uno es considerado, según su sexo simbólico, hermano o hermana, o, en el caso de la tierra, madre. «Nuestra hermana la madre tierra», como último elemento, corresponde al primero: al «señor hermano Sol». El cosmos, pues, está ordenado según tres parejas de hermanos y hermanas en las cuales el sol y la tierra son como los hermanos mayores, que protegen y rodean a las otras criaturas más pequeñas:

El señor hermano sol y hermana luna
Hermano viento y hermana agua
Hermano fuego y nuestra hermana madre tierra (Lehmann L. , Francisco y la belleza, 2011)

Estos seis elementos emparejados en tres grupos nos transmiten un vínculo familiar lleno de hermandad y ternura. A través de estos elementos cósmicos nos demuestra Francisco que a pesar de nuestras diferencias y funciones somos hermanos, porque tenemos un mismo origen que es el Padre celestial, “el bien, el todo bien, el sumo bien”[13].  “Él es el gran invisible que está detrás de la Madre tierra con todos sus hijos e hijas, nuestros hermanos y hermanas. Él es el «Altísimo, omnipotente, buen Señor», del cual proceden y al cual vuelven” (Lehmann L. , Francisco y la Belleza, 2011) todas las criaturas.

En efecto, porque todos tenemos un mismo origen estamos llamados a vivir en relación: con nosotros mismo, con el cosmos y con Dios. Cualquier ruptura que se produzca lleva a alterar esta relación. Este mensaje es fundamental de retomarlo en nuestra vida el día de hoy y aplicarlo en la vivencia diaria. Yo como ser creado por Dios, sintiéndome amado y perdonado por Él, tengo que saber vivir en relación con los demás. Frente a este paradigma tecnocrático, que nos ha llevado a expoliar a nuestra “hermana madre tierra” y a ver como un objeto a los otros para sacar provecho buscando el propio beneficio (Francisco, 2015) , el cántico nos llama a una urgente conversión y reconciliación. Pero solo habrá una verdadera conversión y una verdadera reconciliación cuando se produzca un encuentro personal con el todo bien, con nuestro Dios uno y trino; cuando me reconcilie conmigo mismo, cuando aleje de mi todo rencor, odios, deseos de venganza y deseche totalmente el afán del tener y poseer para dominar. Esta conversión o cambio de paradigma nos llevará en entrar en diálogo con los demás seres, a sentirnos parte de un todo, donde todo está relacionado. El Cántico del hermano Sol nos invita a cambiar el paradigma vigente de nuestra sociedad de consumo: “compro luego existo…”.  Como sujeto” (Bauman, 2007) por el paradigma de la reconciliación, de la relación, recuperando el principio de responsabilidad.

3.      Las dos últimas estrofas.
“Alabado seas, mi Señor, por los que perdonan por tu amor (cfr. Mt 6,12),
y sufren enfermedad y tribulación.
Dichosos aquellos que las sufren en paz, (cfr. Mt 5,10),
porque de ti, Altísimo, coronados serán.

Alabado seas, mi Señor, por hermana Muerte corporal,
de la que ningún hombre vivo puede escapar:
¡Ay de aquellos que morirán en pecado mortal!
Dichosos los que encontrará en tu santísima voluntad,
porque la muerte segunda no les hará mal. (cfr. Apoc 2,11; 20,6)”.

Esta dos últimas estrofas nos hacen caer en la cuenta que el Cántico ha sufrido ciertas fisuras en su composición, porque contrastan de manera evidente con las anteriores estrofas. Por eso se dice que la composición del Cántico ha sido diacrónica. Estas últimas estrofas están centradas directa y exclusivamente sobre el hombre, en sus relaciones con sus semejantes, en sus actitudes frente a la enfermedad y a la muerte. Aquí el aspecto cósmico de la alabanza que encontramos en las precedentes estrofas ha desaparecido totalmente.

Presentan, además, otro aspecto inexistente en las otras estrofas: “nuestros conflictos humanos y la desgracia de la muerte amarga. Ciertamente constituyen un himno a la paz y a la serenidad; pero se trata de una paz y una serenidad reconquistadas y mantenidas en medio del sufrimiento, gracias a un amor que trasciende todo resentimiento y aversión, y supera las angustias de la misma muerte” (Solsona). En efecto, Francisco nos invita a afrontar nuestros conflictos humanos y la realidad de la muerte temporal con mucha paz y serenidad, pero sobre todo con mucha humildad: “Alabad y bendecid a mi Señor  (cfr. Dan 3,85),  y dadle gracias y servidlo con gran humildad”




IV.               CONCLUSIÓN

San Francisco de Asís plasma en este Cántico lo que siempre buscó reflejar y transmitir a los demás: un ser para… . Por eso no nos sorprende que este Cántico se un Cántico para la evangelización, es decir para llevar el amor, la paz, el bien, la reconciliación[14] a todos los hombres de buena voluntad; muchas veces con “temor y temblor”. «Este himno -escribe Omaechevarría- no fue para San Francisco tan sólo una expresión de carácter puramente personal o aun individual del alma que exulta, de perfecta alegría, en el Dios Salvador, sino que constituyó también un medio original de edificación y apostolado, tan propio de quienes eran juzgados como juglares de Dios, enviados para levantar los ánimos de los fieles a la espiritual alegría» (Solsona).

Hoy, en esta compleja crisis socio-ambiental, es importante retomar el Cántico del hermano Sol como medio para la evangelización y la reconciliación, a la vez para iniciar líneas de acción que nos conduzcan a “una aproximación integral para combatir la pobreza, para devolver la dignidad a los excluidos y simultáneamente para cuidar la naturaleza” (LS[15]. 139). Para ello es importante  cambiar radicalmente la visión dominadora que se tiene hacia el medio ambiente y hacia los más pobres; en este sentido el papa Francisco, en su Encíclica Laudato sí, nos llama a una urgente conversión ecológica, es decir un cambio de corazón, que no sólo es personal, sino también comunitaria (LS 219).  Esta conversión o cambio de paradigma nos llevara en entrar en diálogo con los demás seres, a sentirnos parte de un todo, donde todo está relacionado. La conversión nos lleva a crear valores para mejorar nuestras relaciones con el prójimo y con el medio ambiente, por ello “hay que atreverse a hablar sobre la integridad de la vida humana, de la necesidad de alentar y conjugar todos los grandes valores” (LS 224) (Liberato Labán, 2015).

Que el Cántico del hermano Sol nos inspire la conversión del corazón y la mente para volver a los orígenes de nuestra vida amando al prójimo, a la naturaleza y a Dios. Para que en el dolor y sufrimiento sepamos en encontrar al Sumo bien, al bien total.

Bibliografía

Aldazabal, J. (1989). Signo y símbolo. En J. Aldazabal, Gestos y Símbolos (pág. 12). Barcelona: Centre de Pastoral Litúrgica. .
Bauman, Z. (2007). Vida de Consumo. En Z. Bauman, Vida de Consumo (pág. 32). México: Fondo de Cultura Económica.
Escritos y Biografías. Documentos de la Época. (2003). San Francisco de Asís. En J. A. Guerra, San Francisco de Asís (págs. 56 - 57). Madrid: BAC.
Escritos y Biografías. Documentos de la Época. (2003). San Francisco de Asís. En J. A. Guerra, San Francisco de Asís (pág. 56). Madrid: BAC.
Francisco. (2015). Laudato Sí. Sobre el cuidado de la casa común. Lima: Paulinas.
Leclerc, É. (s.f.). Franciscanos.org. Recuperado el 11 de 10 de 2015, de Franciscanos.org: http://franciscanos.org/estudios/leclerc1.html
Lehmann, L. (2011). Francisco y la belleza. celecciones de franciscanisno , 203.
Lehmann, L. (2011). Francisco y la Belleza. Selecciones de Franciscanismo, 201.
Lehmann, L. (2011). Francisco y la Belleza. Selecciones de franciscanismo, 202.
Liberato Labán, E. J. (01 de octubre de 2015). Vita brevis. Recuperado el 12 de octubre de 2015, de Vita brevis: http://vitabrevisnotengasmiedo.blogspot.pe/
Matura, T. (s.f.). Franciscanos. org. Recuperado el 11 de 10 de 2015, de Franciscanos.org: http://www.franciscanos.org/estudios/matura.html
Schökel, L. A. (2002). Biblia del Peregrino. Bilbao: Mensajero.
Solsona, J. (s.f.). Franciscanos.org. Recuperado el 10 de 10 de 2015, de franciscanos.org: http://www.franciscanos.org/estudios/solsona.html






[1] San Francisco escribió poco; pues se le reconoce 10 oraciones; 08 cartas; 02 avisos espirituales; 04 textos legislativos; 05 recomendaciones. Fue más que todo un hombre de vida, un hombre que buscó sobre todas las cosas encarnar el Evangelio.
[2] Cf. Rm 8, 35 (Schökel, 2002)
[3] 2Cel 213; LP 83.
[4] 2Cel 10.
[5] 1Cel 94; 2Cel 217; LM 16,3; TC 69; 3C 4.
[6] 1Cel 110,
[7] 1Cel 57; 2Cel 30; LM 9, 7.8; Lm 3,9; LP 17; Flor 24 n.1. El sultan se llamaba Melek-el-Kamel (1218-1238) El primer sitio de Damieta terminó el 20 de agosto de 1219; hicieron los esfuerzos por lograr la paz, pero se volvió a tomar las armas el 26 de setiembre. Durante este tiempo de tregua que duró más o menos un mes tuvo lugar el episodio del encuentro entre Francisco y el Sultán.
[8] En ese tiempo la cauterización se realizaba quemando con un hierro candente, sin anestesia. A Francisco le cauterizaron la parte comprendida entre la oreja y la ceja.
[9] «Nosotros -decía Francisco- somos juglares del Señor... que deben levantar y mover los corazones de los hombres hacia la alegría espiritual» (EP 100). Cuando estalló el conflicto entre el obispo de Asís y el alcalde de la ciudad, Francisco, viendo que nadie mediaba para restablecer la paz entre ellos, dijo a sus hermanos: «Id y cantad ante el obispo, el podestá y cuantos estén con ellos el Cántico del hermano sol. Confío en que el Señor humillará los corazones de los desavenidos, y volverán a amarse y a tener amistad como antes» (LP 101). Francisco, en efecto, confiaba en el poder de reconciliación que tiene el Cántico (Cf. LP 101).
[10] 2Cel 212.
[11] Flor 10.
[12] José Aldazabal nos dice que el símbolo es un lenguaje cargado de connotaciones. El símbolo “No sólo nos informa, sino que nos hace entrar ya en una dinámica propia. El mismo "es" ya de alguna manera la realidad que representa, nos introduce en un orden de cosas al que ya él mismo pertenece. La acción simbólica produce a su modo una comunicación, un acercamiento. Tiene poder de mediación, no sólo práctica o racional, sino de toda la persona humana y la realidad con la que le relaciona” (Aldazabal, 1989).
[13] ALD 3.
[14] Los números 83 y 84 de la LP, y los capítulos 100 y 101 del EP  nos indican el horizonte y  las intenciones apostólicas y evangelizadoras del Cántico.
[15] Carta Encíclica Laudato sí. 

jueves, 1 de octubre de 2015

¿MUJERES?


La antropología cristiana resalta la igualdad dignidad entre el varón y la mujer, dado que fueron creados a imagen y semejanza de Dios (Cf. Gn 1, 26). Jesús no sé olvidó nunca esto, y a pesar que vivió en una cultura machista no se dejó atrapar por ella con respecto al trato que hacían con los últimos. “En una época de marcado machismo, la práctica de Jesús fue decisiva para significar la dignidad de la mujer y su valor indiscutible”[1] como lo atestiguan los textos evangélicos: Jn 4,27; 8, 1-11; Lc 7, 36-50; 8, 1-3; Mc 5, 25-34; Mt 28; 9-10, Gal 3, 27-29

Para Jesús, Dios no es el garante del orden vigente, sino el que abre el horizonte de un mundo radicalmente diferente. La categoría de Dios se afirma históricamente como hermandad, que invierte las categorías de honor y de vergüenza, porque pone en el centro a los marginados y a los pobres”[2]. Jesús encarnó esta opción y expresó la cercanía de Dios como “una experiencia de misericordia, que ve al mundo a partir de las víctimas y de los marginados. Junto con los pobres, enfermos y niños, las mujeres forman parte del grupo de los últimos e insignificantes para sociedad (Lc7; Mc 5,25-34; Jn 8,1-11)

Tanto el libro de los Hechos de los Apóstoles como las auténticas cartas de san Pablo: Romanos, 1 y 2 Corintios, Gálatas, Filipenses, 1 Tesalonicenses y Filemón, nos ofrecen el testimonio de mujeres reales que, sin  duda, fueron muy reconocidas en sus grupos locales y ejercieron en ellas funciones de liderazgo para la colaboración con la misión. Elisa Estévez nos dice que: “El hecho de que la misión paulina fuera concebida desde el principio como una tarea colectiva favoreció la incorporación activa e igualitaria de mujeres en creación, animación y dirigencia de las comunidades en misión que fueron naciendo y consolidándose en el mediterráneo antiguo”[3].


El papel del la mujer en el cristianismo primitivo fue de vital importancia para la misión, para la predicación, y la fundación de nuevas comunidades, así como para la buena administración y la atención a los más necesitados[4], apostolado que se llevaba a cabo en las casas. La inclusión de la mujer en esta Iglesia carismática fue siempre fiel al actuar de Jesús, pues Él en el Evangelio de Lucas vemos cómo María, llamada Magdalena[5], Juana, mujer de Cusa, Susana y otras muchas[6] le acompañaban mientras subía a Jerusalén curando y sanando. Una presencia permanente hasta la cruz.

Estas mujeres de la primera comunidad, eran mujeres del pueblo y para el pueblo, lamentablemente a medida que va pasando el tiempo y el evangelio se va inculturizando, la mujer se va quedando relegada de los grandes oficios que tenía en las diversas comunidades primitivas, de esta manera, pues, va a primar más el paso cultural que el mensaje cristiano de igualdad, participación y colaboración en la misión evangelizadora de la Iglesia. Por eso, la participación y liderazgo de la mujer en esta primera etapa del cristianismo es mucho más importante de lo que ha sido su actuación en la Iglesia accidental de los últimos siglos.

 Hoy nuevos vientos de cambio respecto a la participación y liderazgo de la mujer en la Iglesia empiezan a soplar, sin embargo, aún falta llegar a las metas de la Iglesia primitiva. Estos nuevos vientos soplaron con más fuerza por la década de los sesenta y setenta con el movimiento feminista que, dentro del ámbito eclesial representó “una oportunidad para profundizar en la novedad del Reino de Dios y sus exigencias de hermandad y de superación de discriminaciones. Es una tarea que reclama discernimiento riguroso, pero también valentía y sinceridad”[7].

En el ámbito social, el feminismo significó la irrupción de la mujer en la esfera pública, llamando la atención sobre una situación de injusticia y marginación y promocionando sus propios derechos. “En la Iglesia este movimiento se traduce en la reivindicación del derecho al sacerdocio para la mujer, porque en el ámbito eclesial las funciones públicas se han vinculado al sacramento del orden”[8]. Esto, pues, para la Iglesia hoy en día es una situación clave, “en la que se juega su relación con el mundo y la forma de entender su fidelidad al evangelio. Si no se dan cambios profundos y rápidos el abismo con la nuevas generaciones de mujeres amenaza convertirse en insalvable”[9].

Jesús, hijo de su tiempo, fue consciente de la realidad en que vivía la mujer en la sociedad mediterránea, por eso cambió el orden vigente de la sociedad y propuso no una comunidad patriarcal, sino una comunidad de hermandad (cf. Mt 23, 8-9). En este sentido, la comunidad de Jesús es una comunidad de hermanos y de hermanas en igualdad (cf. Mc 3, 34-35) donde el mayor tiene que ser servidor de los demás (Mc 10, 43 – 45; Mt 20, 24-28; Lc 22, 24-27).

Jesús sabe que en el orden social es diferente el lugar del varón y de la mujer, por eso no discute de manera directa sus funciones, sino de manera indirecta, partiendo de la gracia y exigencia de Dios. En este sentido, en el principio de su anuncio salvador y de su práctica hallamos un gran gesto de ruptura: “para recibir el donde del reino de Dios hay que “dejar al padre y a la madre”, hay que romper con la estructura dominante y bien jerarquizada de este mundo viejo”[10]. Jesús llama a la creatividad personal rompiendo la estructura patriarcal para que todos los que le siguen, hombre y mujeres, sean libres y estén dispuestos para la construcción del reino (Mc 10, 29; Mt 8, 22)

 En esta ruptura del orden social se hallaba contemplada la mujer, donde Jesús no solo se ocupa de ellas de manera compasiva, sino que las respeta y las valora al igual que los varones. “No enfrenta a las mujeres contra los varones: no las envilece ni enaltece en forma falsa. Las acoge como son y las respeta (las valora) en su misma condición de personas que se encuentran abiertas hacia el reino[11].

En la estructura social vigente a la mujer se le valora por su función de tener hijos, por eso las que eran estériles prácticamente no “existían” en la sociedad. Jesús, por el contrario, “ve la grandeza y la dignidad de la mujer, lo mismo que la del varón, por su capacidad para escuchar el mensaje del reino y acogerlo desde el corazón y en la vida”[12] (Lc 11, 27. 28; 10, 38-14) y es por eso, que también forman parte del grupo de seguidores de Jesús.

Muchas son las mujeres que colaboraron de diversas maneras en la misión, ya sea dando su casa, predicando, profetizando, como apóstol, como diaconisa o como ayudante en la predicación de algún Apóstol. Lo importante es que en sus inicios nunca fueron excluidas y, gracias a su eficiencia en la trabajo misionero, el apóstol Pablo les agradece y les manda saludos.

 Estos son los nombres de muchas mujeres que colaboraron de manera activa en la las primeras comunidades cristianas y que las menciona el Apóstol: Prisca, Junia, Febe, Cloe, Apfía, Evodia, Síntique, Pérside, Trifena, Trifosa, Claudia, las cuatro hijas vírgenes de Felipe, el evangelista y María que ha trabajado mucho por la comunidad de Roma (Rm 16, 6)

Así como estas mujeres hoy en América Latina y el Caribe son también muchas las mujeres que trabajan como discípulas y misioneras de Cristo. En este sentido el DA., dice que hay que “garantizar la efectiva presencia de la mujer en los ministerios que en la Iglesia son confiados a los laicos, así como también en las instancias de planificación y decisión pastorales, valorando su aporte” (DA. 458b). El aporte de la mujer en el trabajo de la misión es muy importante, tenemos que esperar que los pastores correspondientes se sientan iluminados y pongan en práctica lo que dice el documento.






[1] V CONFERENCIA EPISCOPAL GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE, Arecida Documento final, 451.
[2] R. Aguirre, La comunidad de iguales y diferentes que Jesús quería,  pág. 203
[3] E. E. López, “Las mujeres en las comunidades primitivas”. Reseña Bíblica, Nº 49, pág. 15.
[4] “Ellas se encontraban en un lugar idóneo para proteger y evangelizar a los huérfanos desprotegidos y a las viudas” ( MacDonald 2004: 290) . Actos que reflejan no solo su compromiso evangelizador, sino también su compromiso social.
[5] Se dice de que su predicación no era ni celoso ni exigente, sino basada en su experiencia existencial y llena de dulces palabras” (Moltmann- Wendel 2007: 56)
[6] Cf. Lc 8, 2-3
[7] R. Aguirre, La comunidad de iguales y diferentes que Jesús quería,   p. 207
[8] Ibíd.
[9] Ibíd.
[10] X. Picaza, La Mujer en las grandes religiones, p. 145.
[11] E. Bautista, o.c, p. 48.
[12] F. Sáez de Maturana,  Volver a los comienzos, p. 504.

  LA ANDRIANA La Andriana es una comedia escrita por el comediante latino Publio Terencio Afro. Según los estudios, hay un cierto consenso...