miércoles, 26 de agosto de 2020

 

¿EXISTE DIOS? 

Respuesta del problema de Dios en nuestro tiempo

¿Existe Dios? Y por extensión: ¿Quién es Dios? A ambas preguntas quiere este libro dar una respuesta, y fundamentarla. Quiere tomar en serio el interrogante, pero no quedarse ahí. ¿Sí a Dios? Hace tiempo que para muchos cristianos ya no es evidente. ¿No a Dios? Para muchos no creyentes tampoco lo es.

¿Sí o no? Muchos, entre creer y no creer, están perplejos, indecisos, escépticos. Dudan de su fe, pero también dudan de su duda. Otros muchos están orgullosos de sus propias dudas. Pero el anhelo de certeza permanece.

Verdaderos motivos hay para preguntarse: ¿No está el cristianismo en las últimas? ¿No se ha terminado la fe en Dios? ¿Tiene aún futuro la religión? ¿No hay moral también sin religión? ¿No basta la ciencia?

¿No es Dios originariamente proyección del hombre (Feuerbach), opio del pueblo (Marx), resentimiento de frustrados (Nietzsche), ilusión de infantiloides (Freud)? ¿No está el ateísmo comprobado y no es el nihilismo irrefutable? ¿No han renunciado incluso los teólogos a las pruebas de la existencia de Dios? ¿O acaso se debe creer sin razones? ¿Creer sencillamente?

A todas estas cuestiones Hans Küng irá respondiendo en el desarrollo de este libro, para ello el autor hace un recorrido por algunos filósofos más importantes y desarrolla su postura ante el problema de Dios:

1.       Descartes. – el yo llega al conocimiento de Dios de dos maneras: Causalmente y ontológimente. Pienso luego existo. Siendo Dios veraz y bueno puedo estar seguro de mí mismo y de las cosas materiales que me rodean. La fe no es un acto del espíritu cognoscente, sino de la voluntad, por ello puede asentir sin necesidad de evidencia.

2.       Pascal. - El corazón tiene razones que la razón no conoce. Conocemos la verdad no solo por la razón, sino por el corazón. Creo luego existo. Al Dios de Jesucristo solo se le puede hallar por caminos que enseña el Evangelio. Creyendo en Dios nada se pierde, pero se puede ganar todo.

3.      Kant. – en la Crítica de la razón pura sostiene que Dios no puede ser constatado y analizado como los demás objetos. Las pruebas de la existencia de Dios no demuestran nada, puesto que no podemos cosificar a Dios. Sin embargo, en la Crítica de la razón práctica sostiene que Dios existe como condición de posibilidad de la conciliación entre la moralidad y el anhelo de felicidad del hombre.

4.      Hegel. - Dios es el mundo. Dios es lo supramundano en lo intramundano. La religión tiene que ser auténticamente religión del pueblo, ilustrada. El Dios de Hegel penetra en lo hondo de la subjetividad humana.

5.      Feuerbach. – Dios es una proyección del hombre. Fuera de la naturaleza y el hombre nada existe. Homo homini Deus est (El hombre es el Dios del hombre).

6.      Marx. - comprende al hombre desde la naturaleza de las relaciones sociales, desde la historia, en este sentido el hombre hace la religión y no la religión al hombre. La religión es el suspiro de la criatura oprimida, el sentimiento de un mundo sin corazón. La religión nos distrae y consuela de este mundo de acá, por eso actúa como un sedante que proporciona una realidad ilusoria. En efecto, la religión es el opio del pueblo. Siguiendo esta línea, Lenín sostendrá que la religión es opio para el pueblo, por ello hay que dejar de mirar hacia arriba para buscar el paraíso en la tierra.

7.      Freud. - es el hombre que en su impotencia quien crea a los dioses, por ello la religión es un deseo, una ilusión. En este sentido, la religión es la enemiga de la ciencia.

8.      Nietzsche. - es el predicador del Dysangelion (mala noticia) = Requiem Aeternam Deo: “Dios ha muerto, los hombres lo han matado”. La fe en el Dios cristiano ha perdido toda credibilidad, esto significa el gran derrumbamiento, el vacío desolador, no hay dirección en la vida. En efecto, el hombre está condenado a andar errante por una nada infinita, la inanidad, el nihilismo ¿Quién ocupará el lugar de Dios tras su muerte? El Super hombre con la transmutación de los valores. La vida es el criterio de lo verdadero y lo falso: no hay unidad, no hay verdad, no hay bondad.

Después de hacer este recorrido por las sendas del pensamiento filosófico, Hans Küng de manera clara y enfática, con pleno convencimiento y conocimiento sostiene que “la Existencia de Dios es algo que solo puede ser admitido mediante una confianza en la realidad misma”. Dios es el fundamento, soporte y meta de la realidad. Por ello dice “Sí a la realidad”, como alternativa al nihilismo, desde una postura de confianza radical; “sí a Dios”, como alternativa al ateísmo, desde una fe que trasciende la razón sin negarla; y “sí al Dios de la Biblia”, al Dios de Jesús de Nazaret, como fundamento de esa confianza radical. “La fe en Dios es una decisión confiada del hombre que me exige anticiparme, aventurarme y arriesgarme”.

La opción por Dios tiene carácter de fe. La fe en Dios es una decisión confiada del hombre. Dios no es un objeto inmediato de experiencia, por eso la fe en Dios aparece como un don. Ahora bien, es importante resaltar que Dios no actúa por encima del proceso del mundo, sino dentro de él: en, con y entre los hombres y las cosas. Dios, en efecto, es origen, centro y meta del proceso del mundo.

Es Jesús de Nazaret quien nos invita a ponernos en camino al único Dios Padre en persona. Pues, a través de Él habló, actuó y se reveló definitivamente el mismo Dios.

Finalmente, El hecho de que tantos ateos no hayan logrado nunca sacudirse de encima la problemática religiosa; que los más radicales entre ellos, Feuerbach y Nietzsche, quienes por la proclamación pública de su ateísmo se creyeron más liberados, hayan permanecido hasta el fin de su vida, muy humano por cierto, anclados en Dios y el problema de la religión; todo ello parece, sino pura y desapasionada constatación, abogar menos por la muerte de Dios que por la singular vida del tantas veces dado por muerto. Hoy, en medio de esta realidad que nos está tocando vivir, esta crisis pandémica nos ha demostrado que la profecía de la muerte Dios es ilusoria. Dios está vivo, está presente, nos envuelve toda nuestra vida y nos anima a perseverar en la fe con mucho temor y temblor.

Como esencia de este libro se puede inferir que la religión tiene una importancia decisiva para la realización de una sociedad más razonable y más justa, para una ordenación plausible de lo existente. En este siglo XXI no quedan dudas de que vivimos en un mundo hominizado, pero no humanizado, por ello la religión se presenta como una alternativa para que el hombre logre finalmente su plena humanización.   



 "PIENSAS COMO LOS HOMBRES, NO COMO DIOS"

En esta oportunidad reflexionamos la cita bíblica de Mateo 16,21-27

Jesús ha tomado la firme determinación de ir a Jerusalén a dar testimonio de palabra y de obra que el reino de Dios ha empezado, que es necesario renacer de nuevo, cambiar nuestra forma de pensar y actuar, para empezar a pensar y actuar como Dios. Evidentemente que esta tarea será muy dura, puesto que Jesús hablará a los integrantes del "establishment", es decir a los que ostentaban el poder religioso, social y político: ancianos (aristócratas), sumos sacerdotes  y escribas (teólogos juristas). 

Es importante saber que estos hombres tenían su propia concepción o idea de Dios, que es totalmente divergente con el Dios que presenta y predica Jesús de Nazaret. El Dios del "establishment", por ejemplo, es un Dios que salva al hombre sí, pero no a todo hombre, sino al hombre que observa la Ley, al que hace votos, sacrificios, al que da limosna. Es decir, se perdona a aquel que de pecador se ha vuelto justo. Frente a este Dios primero están los actos luego la gracia. Quien no realiza esos actos piadosos serán pecadores y, por ende, les alcanzará el juicio, el castigo eterno. 

Por el contrario, el Dios del Nazareno es un Dios que salva a todo hombre por gracia, es decir al pecador le es regalado el perdón, basta que acepte el perdón y se convierta ("vete y no vuelvas a pecar" "tus pecados te son perdonados" "hoy mismo estarás en el paraiso"). El perdón que ofrece Dios, es un perdón sin restricciones, solo se pide una fe confiada. Quien ha experimentado el Gran perdón de Dios no debe negar el pequeño perdón a los demás. Frente al Dios de Jesús de Nazaret primero esta la Gracia, luego los actos. 

A este Dios de la Gracia es a quien lleva Jesús al centro del poder religioso y "fracasará", puesto que el establishment lo rechazará y preferirá al Dios de la Ley. Allí, en el centro del poder religioso, el Nazareno padecerá el repudio de los representante de Dios, será condenado a muerte, pero triunfará con su Resurrección. 

Pero esta nuevo paradigma de entender y comprender a Dios no solo será difícil de aceptar para los representantes del poder religioso, sino también por sus mismos discípulos. Pedro, quien anteriormente había revelado quién es Jesús - "el Mesías, el Hijo de Dios"- ahora actúa como tentador para los planes de Dios, es decir Pedro pasó rápidamente de ser un revelador a ser un tentador. 

Vemos entonces cuán frágil puede ser nuestra condición humana cuando estamos movidos por unas ideas meramente humanas. "Piensas como los hombres". ¿Qué pensaban los hombres respecto al Mesías de Dios? Al parecer, en el tiempo de Jesús, había varias tendencias o posturas respecto a cómo debía de ser el Mesías, por ejemplo para un grupo el Mesías tenía que ser guerrero, para liberar a su pueblo de la opresión extranjera; para otro el Mesías tenía que salir dentro de la casta sacerdotal, para otros el Mesías tenía que ser un rey triunfante. Todas estas ideas las tenía también los discípulos de Jesús, es por ello que cuando Pedro escucha que su Maestro va entrar a Jerusalén y que, lejos de triunfar, va a fracasar porque será rechazado y condenado a muerte por el poder religioso lo reprende. Ante las palabras de su Maestro todas sus ideas respecto al Mesías de Dios se le derrumban, se queda sin piso. No era el Mesías que esperaba, es por ello que no acepta que el triunfo definitivo viene con la resurrección. 

Para alimentar nuestra vida de fe vale preguntarnos ¿Quién es Jesús para mí? ¿Qué tipo de mesías veo en Jesús? Para no ser un satanás al proyecto de Dios tengo que pensar y actuar como Dios pero ¿Qué acciones hacen que mi fe se convierta en una tentación para los demás? ¿Cómo piensa y actúa Dios? Esta respuesta en particular la obtendremos siguiendo a Jesús el de Nazaret. 

  LA ANDRIANA La Andriana es una comedia escrita por el comediante latino Publio Terencio Afro. Según los estudios, hay un cierto consenso...