En el
Nuevo Testamento se usa el término didáskalos
58 veces, de ellas 48 en los evangelios, prevalentemente aplicado a Jesús; y 95
veces el verbo didáskein, enseñar,
dos tercios de ellas en los evangelios, también en este caso prevalentemente
aplicado a Jesús. Por tanto Éste es por excelencia el "maestro" de la
comunidad cristiana.
En la
sinagoga de Nazaret, Jesús presenta su misión: ungido y enviado por el Espíritu,
él vino para “anunciar la Buena Nueva a
los pobres, para proclamar la liberación de los presos, para restaurar la vista
a los ciegos, para dar libertad a los oprimidos y proclamar el año de gracia
del Señor” (Lc 4, 18,19). Enviado por Dios Padre, su misión religiosa
consiste en que todos tengan vida, y la tengan en plenitud (cf. Jn 10,10).
Jesús
anuncia esta propuesta con palabras y acciones, él vive lo que anuncia y
anuncia lo que vive. Encarnada en la vida y en la historia de su pueblo y de su
tiempo, esta propuesta marca un itinerario pedagógico.
Veamos algunos elementos de este modo como Jesús educa, para provocar una
adhesión a su propuesta y un cambio de vida para esta nueva manera de ver y
vivir la vida en clave de misericordia:
1. Ama
su oficio
En el
tiempo de Jesús había muchos maestros (maestros como Hillel, Shammai o Gamaliel),
tal cual como en nuestro tiempo, es decir había verdaderos educadores (cf. Jn
3,10) y, también, falsos educadores. Contra estos últimos Jesús tiene palabras
muy duras porque “hablan y no hacen, hipócritas,
sepulcros blanqueados” (Lc11, 37; 54).
Jesús
de Nazaret no se avergüenza de ser llamado maestro, al contrario lo acepta con
mucho orgullo: “Ustedes me llaman maestro
y Señor, y dicen bien, porque lo soy” (Jn 13,13). Ama su oficio porque
viene de Dios Padre (cf. Jn 3,2) y lo demuestra con hechos concretos:
a.
Jesús
era maestro sin aula y sin horario. Enseña en todas partes: en las ciudades, en
la sinagoga, en las plazas (cf. Mt 11,1; Lc 13,10; Mt 5,12; Lc 13,26).
b.
Enseña
en cualquier momento. Los textos evangélicos nos dicen que enseñaba cada día
(Mt 26,25) y de noche (Jn 3, 1-2).
Para
compartir
- Con las personas con las que me relaciono ¿me siento orgulloso de informarles que soy maestro? ¿Por qué?
- Estoy dispuesto a ejercer mi oficio de maestro aunque signifique sacrificar mi tiempo de descanso?
- ¿Estoy dispuesto a impartir mis enseñanzas aunque el ambiente sea inhóspito?
2 . Ama
a sus alumnos
Esta cualidad se desprende de la
primera. Jesús está siempre dispuesto a sacrificarse por ellos, no actúa como
el asalariado que solo le importa que le paguen cada fin de mes. Jesús de
Nazaret ama a sus alumnos y lo demuestra de la siguiente manera:
a.
Sacrifica
su comodidad y privilegios (Ef 2, 5-7)
b.
Sacrifica
hasta su vida (Jn 15, 13)
c.
Se
relaciona con sus alumnos de manera grupal y personalizada (Mc 9,31; Jn 20, 27)
d.
Dedica
su tiempo a las necesidades de cada uno de ellos (Mt 8,14)
e.
Jesús
de Nazaret es accesible. Es discreto y está disponible para responder las
inquietudes de los alumnos (Mc 9, 32-33; 29)
Para compartir
- 1 ¿Procuro dedicar algún tiempo de la clase a dar enseñanza personalizada a mis estudiantes?
- 2Cuando me entero de una necesidad familiar o personal de alguno de mis estudiantes ¿me preocupo por ayudarle de alguna manera?
- 3 ¿De qué manera derribo la barrera de comunicación con mis estudiantes?
- 4 ¿Los estudiantes tienen la confianza de acercarse y preguntar cuando tienen dudas?
3. Enseña
con claridad.
Jesús tiene un estilo de enseñar
muy particular. Sabe tocar el corazón y la mente de las gentes. Quiere llegar
hasta las gentes más sencillas e ignorantes del pueblo y, lo hace con una
pedagogía capaz de revelar los secretos de la misericordia de Dios, con
claridad por medio de la realidad conocida. Es una enseñanza para la vida.
a.
Enseña
verdades desconocidas por medio de la realidad conocida (Mt 15, 17-20; Lc 15,
11-32)
b.
Usa
todos los recurso y métodos posibles: preguntas y respuestas (Jn 1, 38);
diálogo (Jn 4); conferencia (Mt 5-7); historias y parábolas (Lc 10, 25-37)
c.
Muestra
a sus alumnos cómo aplicar lo que les está enseñando (Lc 10, 36-37)
Para
compartir
1.
¿Me familiarizo con el lenguaje
de los estudiantes?
2.
¿Qué estilos de enseñanza
utilizo? Y ¿qué estilos de aprendizaje tienen mis estudiantes?
3.
¿Qué métodos y recursos de
enseñanza utilizo para enriquecer mi clase?
4.
¿Qué recursos disponibles utilizo
para mi enseñanza?
5.
¿Cómo aplican en su vida mis
estudiantes lo aprendido en clase?
4. Enseña
con autoridad.
Marcos (1,22) lo dice con frase
incisiva: «Les enseñaba como quien tiene autoridad, no como los letrados». La
gente sabe que Jesús no es un maestro de la ley. No ha estudiado con ningún
maestro famoso. No procede de ningún grupo dedicado a interpretar las
Escrituras, sin embargo habla con autoridad, es decir con verdad y
misericordia. Tiene su propio lenguaje y su propio mensaje.
a.
Jesús
conoce lo que enseña, por eso demuestra que tiene domino en los temas ( Mt 7,
28-29; Lc 4, 31-32)
b.
Enseña
con la palabra y con el ejemplo (Jn 13, 15)
c.
Transmite
entusiasmo, no es aburrido para los alumnos (Jn 7, 45-46)
d. No tiene miedo de
derribar mitos y tradiciones que no dan vida, por eso presenta ideas
revolucionarias y desafía a la tradición vigente (Mt 5, 27-28; 56-48)
Para compartir:
1.
¿De qué manera me documento y
repaso mis conocimientos?
2. ¿Cómo transmito entusiasmo a mis
estudiantes? ¿después de una de mis clases mis estudiantes afirmaría que les he
transmitido entusiasmo?
3.
¿Estoy abierto a nuevas ideas y
descubrimientos relacionados con la materia que enseño?
5. Enseña
con responsabilidad
Jesús
quiere llegar hasta las gentes más sencillas e ignorantes. Por eso emplea
también refranes conocidos por todos. Al pueblo siempre le gustan esos dichos
de autor desconocido donde se recoge la experiencia de generaciones. No son
dichos originales de Jesús, pero él los utiliza de manera original para enseñar
a entrar en el reino de Dios y su misericordia. De su boca salen sentencias directas
y precisas que las asume con responsabilidad.
Queda
claro que Jesús siempre ejercía influencia positiva a sus alumnos. Del mismo
modo él se hace responsable de sus palabras, de una manera mansa y humilde, tal
como lo encontramos en los textos:
a.
Era
consciente de la influencia que tenía sobre sus alumnos (Jn 2,11)
b.
Usaba
su influencia para inculcar valores positivos (Jn 13, 35)
c.
Como
buen maestro asumía las consecuencias de sus palabras (Jn 18, 20-21)
d.
Su
responsabilidad la ejercía con humildad y mansedumbre (Mt 11, 29)
Para
compartir
1.
¿Cómo ejerzo influencia en el
carácter y en la forma de ver la vida en mis estudiantes?
2.
¿Qué valores positivos transmito
a mis estudiantes?
3.
Mis palabras y mis actos en el
salón de clase ¿reflejan mi verdadera personalidad pública y privada?
4.
Frente a los conflictos que se
presentan con algún estudiante ¿reacciono mansamente?
6. Transforma
vidas con su enseñanza
Con
lenguaje extraído de la sabiduría popular, Jesús deja entrever de manera
inconfundible su propósito. No quiere enseñar a caminar por el «camino ancho»,
transitado por mucha gente, pero que conduce al pueblo a su perdición. Él desea
mostrar un camino diferente; son pocos todavía los que entran por él, pues
resulta más «angosto», pero es el camino que conduce a la vida, a la
misericordia (Lc 13, 24; Mt 7, 13-14)
Tampoco
pretende echar un remiendo de tela nueva a un vestido viejo, pues el rasgón puede
ser mayor; ni introducir vino nuevo en odres viejos, pues se podría echar a
perder todo, vino y odres (Mc 2, 21-22). La misericordia de Dios exige una
respuesta nueva capaz de transformarlo todo de raíz. « ¡A vino nuevo, odres
nuevos!».
Dios
está ofreciendo su amor compasivo y misericordioso a todos, sin mirar los
méritos y desméritos de nadie. La preocupación de Jesús es otra: ¿cómo
responder al Padre, que está ya actuando? ¿Cómo vivir ahora bajo la compasión
de Dios?
a.
Jesús
establece metas desafiantes a su estudiantes (Mt 10,8)
b.
Jesús
utiliza gestos y palabras para mover al cambio de vida (Jn 8, 7-11)
c.
Jesús
prepara para la vida eterna (Jn 5,24; 17,3)
Para
compartir
1.
¿De qué manera promuevo las
vocaciones y talentos de mis estudiantes?
2.
¿Qué estrategias utilizo para
desafiar la inteligencia y creatividad de mis estudiantes?
3.
¿Me intereso por la vida
espiritual de mis alumnos de cara a la vida eterna?
7. Forma
otros maestros de misericordia.
Jesús, como gran maestro de la
misericordia, capacita a sus alumnos para que ellos también enseñen con la
palabra y el ejemplo la misericordia de Dios sobre los hombres.
a.
Delega
el poder de la misericordia (Lc 9, 1-2)
b.
Corrige
los errores con misericordia (Lc 10,1.17-20)
c.
Celebra
los logros (Lc 10, 21)
d.
Capacita
y establece las acciones que realizaran los nuevos maestros (Mt 28, 18-20)
Para
compartir
1.
¿En mi clase le doy oportunidades
a quien posee talentos para la enseñanza? Si la respuesta es positiva ¿de qué
manera doy oportunidades?
2.
¿Qué cualidades quiero que tengan
los docentes que me van a relevar en el servicio de la enseñanza aprendizaje?
En
definitiva, Jesús de Nazaret fue un maestro de sabiduría, que ofreció su
enseñanza al pueblo llano, muchas veces mal guiado por los maestros de la Ley
en servicio del poder religioso. Jesucristo, el verdadero rostro de la
misericordia del Padre quiso abrirles los ojos, para que pudieran descubrir el
misterio de Dios que se revela como rehem,
hannun, hesed, ´emunah.
Desde
la docencia se puede vivir y realizar la misericordia de Dios, fundamentalmente
a través de: enseñar al que no sabe, dar buen consejo al que lo necesita;
corregir al que yerra.
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